Hoy queremos ayudaros con el problema de comunicación que suele existir entre caseros e inquilinos, y que habitualmente deriva en enfados y broncas que se podían prever y haber evitado.
Cuando una persona vive de alquiler, a efectos es «como» si el inmueble fuera suyo, pero es importante tener en cuenta ese «como». ¿Qué queremos decir con esto? Que es bueno pararse a pensar, desde el punto de vista del propietario, qué puede facilitar la vida al inquilino y, desde el de este, qué cosas debe saber el primero.
Pongamos por ejemplo que el contrato de alquiler está a nombre de una persona que va a vivir sola. Las circunstancias pueden cambiar y esa persona puede decidir compartir la vivienda con una pareja, familiar o amigo. Este cambio debe comunicarse al propietario para que el nuevo inquilino también figure en el contrato de alquiler, no solo por cuestiones legales en materia de arrendamiento sino también por los propios derechos de la persona que se incorpora a la vida dentro del inmueble.
Otro caso habitual es el de las mascotas. Hay propietarios que incluyen una cláusula en el contrato en la que especifican que no se admiten. En otros casos, los contratos no mencionan este tema, pero igualmente y en especial si el piso está alquilado con muebles, además de tener cuidado de que tu mascota no los deteriore, es mejor mantener informado al propietario.
También hay que tener cuidado con pequeños problemas que pueden ir surgiendo durante la vida normal en una vivienda y que, aunque a priori parezcan de poca gravedad, a medio plazo pueden convertirse en mayores. Ejemplo de ello son los grifos o tuberías que gotean, que además de suponer a lo largo de los meses un gasto tonto, a veces se convierten en humedades o simplemente muestran un deterioro de las tuberías.
Siempre es importante tener un seguro del hogar que cubra unos mínimos básicos. Por una cifra anual modesta puedes estar cubierto para las principales problemáticas que surgen el día menos pensado en el hogar. Si quieres que te ayudemos a escoger un seguro a tu medida, contáctanos.
Por último el típico caso de pérdida o robo de llaves, en especial cuando estaban en un bolso o mochila en el que también llevabas el DNI o algún tipo de información sobre la ubicación de la vivienda. Es importante que si te ocurre esto cambies la cerradura, tengas o no copias de esas llaves. Se trata de una mera cuestión de seguridad, prevenir un robo puede evitarte disgustos mayores. También debes comunicárselo al propietario y decidir la forma de pago. En ocasiones los seguros del hogar cubren robos y hurtos fuera del domicilio, cerrajeros, cambios y duplicados de llaves, etc.